Día a 
día, kilómetro a kilómetro, nos 
estábamos acercando a casa. El calor y la falta de lluvia 
habían secado la hierba de las colinas, y el 
último recorrido en 
Irán antes de entrar a 
Turquía nos brind
ó con un paraje de color dorado bajo el sol radiante que flotaba sobre un cielo azul.
La frontera no fue nada complicada, simplemente nos registraron las mochilas para asegurarse de que no 
traíamos drogas del sur de Asia. En parte fue un alivio salir de 
Irán y 
sentir que cada vez 
estábamos mas cerca de Europa, pues la 
obsesión del gobierno en contra de 
Israel, 
EEUU y sus 
espías se ve reflejada en el comportamiento de los soldados y 
policías. 
En 
Turquía por el contrario, existe otro asunto delicado que trata sobre los Kurdos: un pueblo dividido entre 
Turquía, 
Irak, 
Irán y Siria. Durante mi paso por 
Irán no escuché ninguna vez hablar sobre este problema, probablemente reprimido por el estado, pero sab
ía que ese 
sentimiento Kurdo era mas fuerte en el sureste de 
Turquía y norte de 
Irak, donde las guerrillas han estado luchando durante los 
últimos años por la 
independencia de su 
país, 
Kurdistan. Es un pueblo 
orgulloso, duro, pero 
amable, dispuesto a hablar sin cortarse sobre la 
política y la 
situación de las guerrillas. Fue una lástima no tener tiempo para adentrarme en las montañas, ya que por una vez en dos 
años ten
ía limitaciones de tiempo para llegar a casa. He 
leído también que su 
situación en
 Siria afectada por la guerra es verdaderamente dura. Los 
enfrentamientos contra los islamistas, y el bloqueo de alimentos y 
productos de primera necesidad por parte de 
Turquía e 
Irak, quienes no apoyan su causa 
están provocando gran sufrimiento. Pero para el pueblo Kurdo esta 
represión no es nada desconocido, y tampoco les van a bajar los 
ánimos, sino todo lo contrario: sus hermanos de 
países vecinos 
están dispuestos ha luchar en Siria para ofrecer apoyo. Para mas 
información, 
podéis leer este interesante 
blog
http://yakurdistan.blogspot.de/
 

 
Por lo que a mi me refiere, debo decir que en 
Turquía también ha habido, y sigue habiendo gran 
represión. El despliegue militar con impresionantes tanques y soldados armados 
están cada no muchos kilometros entre aldeas kurdas: sus cuarteles, trincheras y checkpoints son incontables. 
Nuestro camino 
prosiguió por la zona fronteriza de 
Irak y Siria, hasta llegar al mar 
mediterráneo.
 Me esperaba calas cristalinas , playas bonitas y una costa de color 
azul claro, mas la realidad fue algo distante a lo imaginado... Hoteles de lujo a 
primera linea de la playa, la cual estaba abarrotada de sombrillas, 
hamacas y suciedad, motos de agua y 
jóvenes con sus camisetas de tirantes rosa fosforita con frases absurdas. Resumiendo, un circo.
Fue entonces cuando le hablé a mi amigo 
alemán sobre 
Konya y la historia de 
Shams Tabrizi y 
Rumi, la historia de un encuentro entre un 
Sufí y un escolar 
musulmán, quien se 
convirtió en un poeta reconocido mundialmente gracias a sus poemas sembradas por el 
vacío que 
sintió tras la 
desaparición/muerte de 
Shams. Si nunca 
habéis escuchado nada sobre esto, os animo a leer su historia, o al menos alguno de sus poemas que tratan sobre la 
religión del amor. 
De este modo, decidimos ir a 
Konya, esperando que esa ciudad nos 
ofrecería algo mas que la 
artificialidad de las playas. Aunque esta historia esta actualmente algo comercializada, siendo un punto 
turístico con sus tiendas alrededor de la tumba de 
Rumi, siempre encuentras a gente interesante que te cuenta historias que te atrapan perdiendo la 
noción del tiempo.
La última ciudad donde descansamos fue 
Estambul, conocida por su Mezquita Azul y palacios. Siendo finales de agosto, estaba claro que 
sólos no 
íbamos a estar. De este modo, me limité a sentarme en los parques  y 
observar a la gente. 
Había una mezcla especial entre mujeres vestidas con 
burcas negras, turistas con sus 
minifaldas, y vendedores de 
tours empeñados en hacer su negocio del 
día. La verdad que es una ciudad bonita, pero sin lugar a duda 
Turquía todavía tiene mejores secretos guardados para quienes se aventuren a recorrer su tierra.