jueves, 28 de marzo de 2013

Sencillez y elegancia

Antes de pasar página y proseguir escribiendo sobre el país donde estoy actualmente, Mongolia, he pensado en hacer un último post, un pequeño detalle que quería remarcar. Es sobre la sencillez y la elegancia que pueden mostrar ciertos países. Si nos paramos a pensar, puede que las dos palabras tengan un toque contradictorio. Puede un país mostrarse sencillo y a la vez elegante?


Empezando con la sencillez, es algo que echo de menos en países
“avanzados” o “desarrollados”. Poco a poco las normas, la globalización y
el qué dirán de nosotros nos acorralan, y nos convertimos en clones.
Entiendo que el ser humano necesite unas reglas, unos límites para mantener cierto control, mas poco a poco esas limitaciones se van estrechando y nos permiten menos margen. A veces me siento con falta de libertad. Un ejemplo: en Singapur está prohibida la venta de chicles.



Me gusta caminar por las calles de una ciudad y encontrarme con triciclos convertidos en puestos de venta callejeros. Venden zapatos, verduras y hasta peces. Esos hombres no necesitan permisos ni  tienen complicaciones burocráticas. Sigo más adelante y apenas doy diez pasos cuando veo una cuerda que va de árbol a árbol a un lado de la calle.. Camisas, pantalones y ropa interior cuelgan de ella secándose al sol. Os imagináis si algún vecino vuestro hiciera eso? Al final de la misma calle, unas personas miran un panel donde cuelgan el periódico del día, mientras que otros se divierten con el ajedrez chino. Se sientan en el suelo, apoyan un tablero improvisado que es un mantel pintado, y empiezan a mover las fichas que deben de tener unas cuantas décadas. Pero eso no importa.



Si hay que transportar ciertas cosas pero es imposible conseguir una camioneta o un coche, se hace lo que se puede. Te das cuenta de las posibilidades que te da una pequeña moto. En otras partes de Asia las limitaciones son mayores y poca gente puede comprarse una moto. Entonces se sacan los tractores  de  dos ruedas de los arrozales, que son utilizados para remover la tierra, y un pequeño remolque es acoplado al tractor. Allí va toda la familia de paseo.


















Por otro lado, estos países asiáticos son famosos por las calles caóticas que tienen. El tráfico es horrible: miles de motos y algunos autobuses que no respetan las señales de tránsito invaden la carretera.  Para un occidental es un autentico desastre, pero al cabo de un tiempo lo vas entendiendo, y te das cuenta que es un caos con cierto orden. Además, observando detalles, entre ruido, polución y suciedad aparece la elegancia. Son imágenes que se quedan reflejadas en mi retina y en ese momento procuro sacar la cámara lo antes posible, e inmortalizar ese momento que me ha llamado la atención. Una flor, un jardín, una expresión. Puede ser cualquier cosa. Y es que hablando de China, tengo que decir que los jardines, templos y palacios son verdaderamente impresionantes. La decoración de los jardines es considerado arte, y como me decían, cuando ves un jardín en China, lo tienes que observar de diferentes posiciones para poder apreciarlo. Lamentablemente no soy un fotógrafo profesional y muchos de los intentos se quedan simplemente en eso, en intentos. Estas fotos son parte de mi esfuerzo.














Me gustaría si un día pudiéramos volver atrás para hacer nuestra vida más sencilla, dando más importancia al sentido común y a la lógica que a las  leyes escritas. Desafortunadamente, la realidad es que cada vez, mientras más avanzamos en tiempo, más restringidos y controlados estaremos.

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