martes, 1 de enero de 2013

Reflexiones sobre el gran libro


Para los que habéis pensado que me he vuelto escritor (como se entiendo por persona que publica textos), no, no estoy escribiendo un libro con hojas de papel. Hace unos cuantos años, escuché una frase que se quedó marcada en mi memoria, y desde esa frase empiezo a reflexionar.









El mundo es como un libro, un libro bien gordo. Tan gordo, que aunque viviéramos sin perder ni un solo segundo  de nuestras vidas no nos daría tiempo a leerlo más que una pequeña fracción. Cada página lleva diferentes colores, diferentes texturas. Están llenas de historias increíbles. Los capítulos extensos simbolizan  continentes, países, pueblos, etc.




Por otro lado, todos tenemos espacios en blanco en ese mismo libro. Son huecos para completarlo con nuestra propia historia. Son nuestras aventuras y experiencias, que las podemos escribir, las podemos vivir, siempre y cuando estemos dispuestos a abrir el libro, a pasar páginas. El confort y el día a día son grandes adversarios. Hacen que se nos nuble la vista, complicándonos la lectura del libro. Pero recordad que no hace falta ir muy lejos para poder vivirlos, los tenemos a la vuelta de cada esquina, esperándonos. No necesitamos mucho más que voluntad, y a veces un poco de sacrificio para adentrarnos. No os dejéis caer por la rutina, se convertirá en ceguera, y desafortunadamente costará pasar de la primera hoja.





Lo que más me gusta de viajar, es la facilidad que ofrece para poder seguir mi camino, rellenar mis huecos. No tengo ataduras, no tengo compromisos. Intento seguir el camino que se me enseña, y de este modo llegas a situaciones jamás esperadas. Hay momentos en el que uno se confunde porque no percibe las señales. Parece que el camino que antes parecía tan claro desaparece como si el viento borrara tus huellas en el desierto, y te encuentras sin norte, sin sur. Así caminas sin rumbo, hasta que te encuentres con algún otro detalle que te indique  cual es la estrella a la que tienes que seguir.





El libro del que os hablo, no es un libro privado, un libro secreto. Hay momentos en que conoces gente especial y se comparte el mismo hueco del libro para escribir las vivencias. En otros momentos simplemente no aprecias lo maravilloso que es el camino. Es como cuando lees, y al pasar de página no te acuerdas de lo que leíste. Ayer por la noche me subí al tejado del hostal donde me quedo. Estuve un buen rato, hasta que en un momento empecé a poner atención a lo que veía. Estaba en Mérida, México, sentado en una de las vigas del tejado, observando un baile popular con música en directo en la plaza mayor que tenía delante. Cientos de personas estaban bailando, a los pies de la gran Catedral que era iluminada por hermosas luces. Sentí lo afortunado que era por estar en ese momento allí, viendo ese espectáculo. Miré al cielo, y me sorprendieron dos estrellas fugaces. 




No se si todavía sigo con la primera página, pero os garantizo de que intento leer el libro lo mejor que puedo.



1 comentario:

  1. Great writing Goratz! I needed to translate a few words but understood most of it haha. Very inspiring:)! Makes me want to pack my bags and leave..

    ResponderEliminar