sábado, 7 de abril de 2012

Sumatra

Después de salir de Indonesia, miro hacia atrás y me vienen muchos buenos recuerdos a la cabeza. Sumatra a sido una bonita experiencia.



Durante las últimas semanas no he estado solo, me ha acompañado Manu, un amigo alemán que conocí en Australia. Nada más llegar al aeropuerto de Padang, nos acogió nuestro contacto en Indonesia, Nora, una chica que nos ayudó mucho durante los primeros pasos en la isla. De este modo evitamos todas las molestias que conlleva ser turista en Indonesia, y pasamos de largo todos los ojos que no veían más que dólares en nuestras caras.

Padang es una ciudad bastante ajetreada: mucho tráfico con todos las "furgonetas taxis" tuneadas y a todo volumen, y motocicletas por todos los lados  (parecido a muchas ciudades indonesias). Pero todo se aligera si tienes un contacto que te lleva a buenos sitios sin complicaciones. Y esto lo sé, porque estuve en la misma ciudad hace 4 años, y no vi ni un cuarto de lo que he visto esta vez. Me reencontré con los clásicos "nasi" y  "mie goreng" (arroz y nudos) y durante 3 días no hicimos más que prepararnos para el viaje, y relajarnos en las playas comiendo y bebiendo bien. Poco a poco, procuramos acostumbrarnos a los nuevos cambios. Un buen ejemplo es a la hora de ir al baño: en sumatra mejor te olvidas del papel de baño.



Emprendimos el viaje en bicicleta a un ritmo menor de lo esperado, en gran parte por la humedad y el calor, o el tráfico de la carretera. En indonesia las reglas son simples: la preferencia tienen los camiones o autobuses, luego van los coches seguido por las motos. En la última posición: nosotros, los ciclistas. Por ese motivo, el primer día no pudimos llegar al destino que esperábamos, y se nos hizo de noche en un pequeño pueblo sin alojamiento. Fue entonces cuando tuvimos el primer toma de contacto con la amable hospitalidad indonesia. Entramos en un gran campus de bachillerato, para preguntar si nos dejaban acampar en el césped. Nos dieron de comer y una habitación, sin tener que pagar nada, y nos enseñaron sus actividades y costumbres durante 3 días. Es una escuela que imparte la enseñanza mediante 3 bloques: la lógica (mediante clases normales de matemáticas, física, etc), el corazón (mediante música, teatro o danza) y la habilidad de construir cosas (mediante talleres de cerámica, pintura, etc). Gente muy amable y humilde. 

Los dos siguientes días fueron básicamente cuesta arriba. En Sumatra hay montañas muy altas, y la temperatura cambia bastante dependiendo de donde estés. Aunque cuesta subir hasta arriba, en los pueblos altos la temperatura es más agradable y se puede andar mejor en bicicleta. Otro pequeño problema fue con las indicaciones de los locales. Te pueden decir que el pueblo que quieres llegar está a 40 km, y en realidad son 80km. O que hasta el siguiente pueblo todo el camino es llano, y que estés 3 horas cuesta arriba. Yo creo que tienen una mediciones diferentes.
Durante el camino pasamos por arrozales, cascadas y selvas. Y cuando el tráfico se aligera cuando te apartas de las grandes ciudades, tienes la oportunidad de disfrutar de las aldeas y las vistas.



Al principio disfrutábamos cuando toda la gente nos quería saludar. Cada vez que pasábamos por los pueblos, los niños salían de las casas para vernos y nos saludaban con "Hello Mister!". Incluso alguno se atrevía con "How are you?" o "What´s your name?". Pero al cabo del día no hace tanta ilusión escuchar por 500 vez Hello Mister, y menos cuando llevas unas cuantas horas cuesta arriba y el sol ha estado pegando todo el rato. Intentamos ser lo más amable posible.

En la misma isla hay una gran diferencia cultural, parece que cruzas diferentes países. Al oeste de Sumatra la gran mayoría son musulmanes, mientras que al norte son cristianos. La gente tiene una apariencia diferente, se viste y se comporta diferente y tienen diferentes idiomas. Aunque no hemos tenido ningún problema durante el viaje, tengo la sensación de que la parte musulmán es más segura, debido a que tienen prohibida el consumo del alcohol. Más de una vez nos han acogido diferentes familias en sus casas, o nos han invitado a un té mientras viajamos en bicicleta. Para ellos es un placer poder invitarnos a sus casas, y nosotros nos sentíamos muy afortunados de poder vivir lo vivido. No hay mejor manera de explorar el país y las culturas que conviviendo con la gente local. Además, si fuera poco el hecho de que nos acogieran, siempre nos despedían con regalos.



Después de pasar los montes y las selvas, llegamos a Lake Toba. Es un lago volcánico, con una isla en el centro, Samosir, un lugar bastante turístico, pero a la vez agradable y bonito. Buen lugar para descansar y recargar las pilas. Un sitio turístico siempre te ofrecerá más facilidades para encontrar alojamiento y buenos restaurantes, pero yo me quedo con los pequeños pueblos donde la gente se sorprende de verte y te tratan con otra amabilidad. De todos modos es curioso tener una isla dentro de otra. 



Seguimos nuestro camino hacia el norte, hasta Berastagi para ver los volcanes de alrededor. Hay dos volcanes a cada lado del pueblo, los dos activos, y uno de ellos hizo erupción hace dos años. 
El viaje terminamos visitando las selvas de Bukit Lawang. Hicimos un trekking de dos días por la selva, para ver los orangutanes que viven libres allí. Pasamos una noche acampando dentro de la selva, y volviendo al pueblo haciendo "Rafting Indonesio".

Todo el tiempo vivido, ha sido una aventura. Buenos momentos, y a veces no tan buenos. Pero si tuviera que repetir, no me lo pensaría dos veces. Ahora, mirando hacia adelante, me espera Thailandia!



2 comentarios:

  1. Ei elemento!!
    Jarraitu hola, momentu onenei gogor eutsi momentu "txarrei" aurre egiteko ta segi tope disfrutatzen, hemen badakizu, ez da ezer aldatzen ;)

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  2. Kaixo Goratz!
    Zer moduz? Iker eta Kermanen ama naiz.
    ¡¡¡ME ENCANTA TU BLOG!!! Me gustan tus videos y lo que escribes. Me pareces un ARTISTA y creo que estás viviendo una experiencia única.
    A la que sí le envidio más de verdad es a tu ama; ella tiene la posibilidad de disfrutarte aunque sea desde la distancia, de una forma muy especial.
    Mis chicos son un poco más "vaguetes", pero no me puedo quejar tampoco en absoluto.
    Sé feliz, disfruta la vida todo lo que puedas y cuando te toque: Feliz regreso a casa

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