domingo, 1 de julio de 2012

Laos y Cambodia


Laos y Cambodia son dos países que han sufrido mucho en el pasado. En el presente los dos están mejorando poco a poco su situación, pero todavía las heridas del pasado siguen abiertas. Los dos países fueron fuertemente bombardeadas por los Estados Unidos durante la guerra de Vietnam. Muchos de los artefactos no estallaron en el momento de impacto, dejando miles de bombas y minas por los campos de arroz, donde la mayoría de los ciudadanos trabajaba. Aunque algunos países del primer mundo colaboraron en limpiar algunas zonas, todavía hay minas y bombas que causan muerte o amputaciones. 




Otros tiempos oscuros de la historia de Cambodia fueron durante el régimen de Pol Pot, un sanguinario comunista, obsesivo y paranoico que mataba a todo ser que le supusiera un peligro para su plan. De este modo, mientras mantuvo el país cerrado a toda comunicación con el exterior, mató a más de un cuarto del país en campos de exterminio como el que aparece en el video.



Hoy en día se pueden ver dos estilos de vida: el rural, y el de la ciudad, cada uno con sus ventajas y problemas. En las ciudades me comentaban el problema de la invasión de los chinos. Durante los últimos 10 años, mucho chinos han comprado negocios  y locales en la capital de Laos, causando un crecimiento desmesurado de los precios de los alquileres. Otro problema es la corrupción de los altos cargos: los ciudadanos pagan muchos impuestos, pero sin obtener beneficios. Si un niño va a la escuela, los padres les tienen que pagar extra al profesor por "debajo de la mesa" para que le enseñe bien a su hijo. Pagan impuestos para la seguridad, pero no hay cosa más corrupta que la policía y los funcionarios. Y por supuesto, tampoco tienen beneficios de hospitales públicos. 
En el rostro de los pueblerinos se nota que la vida es mucho más dura y simple. La mayoría de la gente trabaja duro en campos de arroz, pero a la vez, viven con otra felicidad y tranquilidad. Las viviendas parecen lugares públicos, siempre con las puertas abiertas. La gente sale y entre de ellas, aunque no sea su propia casa. Sin tanta tecnología, siempre que tienen el día libre tienden a juntarse entre amigos y familiares para comer y beber. Les encanta beber cerveza y whisky local. 



Mi viaje por estas tierras ha sido muy variada. He viajado en moto, en barco, en tractor, o haciendo auto-stop. Siempre intentaba buscar sitios remotos, lo más apartado de la gente, pero nunca sabiendo hacia donde iba. Y eso pasa factura. En Cambodia, mientras estaba enseñando inglés en una escuela de un pueblecito, empecé a sentirme mal, y me tuvieron que hospitalizar con la fiebre del dengue. De este modo ha terminado temporalmente mi viaje. Me he vuelto a casa para recuperarme bien de la enfermedad, y por supuesto tenía muchas ganas de ver a familiares y amigos. Como me decían los amigos, la situación aquí en casa no es la mejor, pero visto lo visto por el mundo, todavía os puedo asegurar que aquí vivimos muy bien, tal vez mejor de lo que realmente podemos permitirnos. Sin muchas cosas, es posible ser feliz, porque la felicidad no está en lo material. Invertir lo que tengáis en vuestros amigos y familiares. Invertir en vuestro amor y sueños.  



Espero que si todo va bien, retomaré mi viaje después de verano, por nuevos sitios y con nuevas aventuras. Hasta entonces, falta tiempo, pero no me faltan ideas. ¡Así que quien sabe por donde seguiré dentro de unos meses! Que paséis un buen verano.

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